Espacio para informar, discutir y compartir en torno a un balón. Porque noventa minutos no bastan.

jueves, 19 de julio de 2007

Para los que gustan del Fútbol

Después del curso Teoría de la Comunicación, con Colona, y del trabajo final sobre Industrias Culturales, donde conseguí que abrieran un sitio para la Industria del Fútbol, aprecié en mayor medida la implicancia que tiene el fútbol en la vida de un aficionado a este deporte.

El fútbol profesional dejó de ser un deporte para ser un espectáculo pero más que espectáculo, es una pasión. Once en la cancha y una seguidilla de hombres y mujeres esperando un gol, una huacha, un sombrerito, una rabona, un pase de 35 metros, una gran atajada, un foul táctico, etc., es algo que sin razón, o con muchas razones, nos identifica y nos hace soñar. El deporte más popular del mundo es sin duda un globo de ilusiones, muchas muy ambiciosas y otras realistas, pero nos ayuda a nunca abandonar la esperanza.
La identificación que sentimos por el club o por la selección es, por demás decirlo, amor. No solo por todo lo que lleva detrás la camiseta que usa nuestro equipo como institución, sino por lo que lleva detrás del símbolo: el corazón.Todos sabemos que no es por gusto que el logo de nuestro equipo se lleve en la parte izquierda del pecho.

Recuerdo dos frases de la película Goal (2005), traducidas al español querían decir:
“Tu hogar es verde y con dos arcos a los lados”
“Más importante que el nombre que dice atrás de la camiseta, es el que está delante”
La segunda frase, que a mi parecer es la más bonita, representa lo que es un equipo. Fuera de individualidades, los jugadores tienen que funcionar como un conjunto, organizado coreográficamente, intentando llegar al mismo objetivo que no es el gol, sino el objetivo que persigue cualquier jugador: ser el mejor del mundo.
Ese es un postulado del jugador profesional. Quién no tenga ese sueño como futbolista, es porque no disfruta su trabajo y el fútbol, como dije, no es un deporte, es una pasión.

Diga lo que se diga del fútbol de mala calidad en este país, el balompié no ha dejado ni un segundo de ser relevante en la vida de lo que nos reconocemos aficionados a este deporte. Mala calidad, de veras ¿qué importa?
No importa la mala calidad cuando somos nosotros los que tenemos el balón bajo los pies, nos sentimos cracks y un pase a lo Zidane, una definición de puntillita a lo Romario, nos hacen los mejores jugadores de fútbol (o fulbito) del mundo. Cuando vemos a nuestro mejor amigo meter un gol y nuestra garganta sufre mientras el corazón goza, cuando a tu pata le meten una falta artera y saltas por él, cuando te fallas el gol más fácil del mundo, no hay mala calidad, la calidad está dentro de nosotros. Mala calidad pa’l carajo, si por cada mala actuación de nuestro equipo favorito lo hacemos ganar en winning. Si, ni aunque hayan sido goleados, no dejamos de comprar la camiseta. Si aún conservamos ese polito rojo con el lema "Siempre Contigo. Te amo Perú". Si aún faltamos a clases para ver como patean el balón hacia el arco. Si aún se nos humedecen los ojos cuando pierde la selección.
La calidad está bajo nuestros pies y la pasión dentro del pecho. Las lágrimas derramadas se olvidan cuando la pelota, impulsada por tu pie derecho, vence al arquero y mueve las redes. Ese balón es algo, o alguien, que nos alegra tantas veces la vida que dibujé una sonrisa en una de las caras de mi pelota, y en las otras el símbolo de mi equipo.
Oliver decía que el balón es nuestro amigo, nos ha acompañado en buenas y malas, no importa lo mal que juguemos siempre está ahí dispuesta a ser pateada y nosotros somos felices cuando ella no choca en el palo, entra al arco con las justas y deja que los amigos nos abracen y feliciten.

El fútbol profesional es más que un espectáculo y una pasión, es un negocio. Se invierten millones de dólares al día para que la pelotita siga corriendo por los verdes campos de Europa y por la grama amarilla de los estadios peruanos.
Si bien la economía del fútbol peruano deja mucho que desear y da para criticar muchos aspectos, nos vemos envueltos aún en este juego de cuánto me das por llevar tu nombre en mi camiseta.
Si bien en muchos casos esto no ha beneficiado el deporte por intereses egoístas, es el motor que deja que el fútbol de las grandes ligas se desarrolle y los estadios puedan mantenerse.

El fútbol de selecciones es un tema muy aparte. Cuántas veces hemos goleado y sido goleados, las mismas veces hemos estado sentados viendo al equipo más hermoso del mundo, el nuestro. Reconociendo nuestras limitaciones, siempre creeremos que podemos ir a un mundial y no por gusto, sino a demostrar que pertenecemos a los mejores del mundo. Señores, agradeceré entonces que cuando estemos perdiendo mil a cero o ganando diez mil a uno, no dejen de ver los partidos de la selección peruana porque no solo está conformada por los que ven en la cancha y en el banco, somos todos y no podemos abandonar el terreno de juego porque sí, el partido dura desde el pitazo inicial hasta que suena el mismo silbato dos veces para anunciar que ha finalizado el encuentro. No abandonen a la selección cuando más necesita el apoyo anímico de millones de peruanos. Sobre todo porque cuando pierde nuestra selección, también perdemos nosotros.

Si las millones de bocas que gritan los goles peruanos son apagadas no es porque nuestra selección sea mala, sino que el fútbol peruano no tiene el nivel esperado, pero no por eso tenemos jugadores que no dejan todo en la cancha. Sufrimos de limitaciones que hacen que muchos equipos nos ganen por peso, no porque juguemos mal. Si tuviéramos que quejarnos de las derrotas de nuestro equipo, San Marino tendría que matar a sus futbolistas entonces, no es una cuestión de actuaciones, es una cuestión de actitud. Y cuando vemos a la selección ahora, eso es lo que tenemos, una nueva actitud para salir a buscar la victoria, sin especular empates sino con ganas de salir ganadores del encuentro. Estamos en época de desarrollo, nuestros jugadores han madurado y los hinchas no hemos madurado con ellos, es tiempo de que empiecen a evolucionar la crítica deportiva y los hinchas que abandonan al equipo.

El fútbol nunca será abandonado y siempre será amado. Ninguno de los aficionados dejaremos de vibrar cada minuto de los partidos que veamos, los noventa y el tiempo agregado, los tiempos extras y los penales. Siempre recordaremos los primeros goles y la primera tarjeta que nos hayan sacado. Con nostalgia los días en colegio donde pateábamos de cualquier lado por probar y que nos tirábamos en el piso rugoso para salvar un gol, a pesar que sufriríamos raspones. Con alegría el primer campeonato que hayamos ganado, aunque haya sido de cuatro equipos del cole, siempre será una alegría ver al capitán recibir la copa que pertenece al equipo. Siempre recordaremos nuestras lágrimas en la final, los penales errados y el mejor gol que hayamos metido. Siempre vamos a querer el fútbol, siempre recordaremos las pichangas con nuestro papá y los domingos en la cancha, a los capitanes de los equipos que vimos llegar lejos como Garay (Sporting Cristal) y Bazalar (Cienciano), los goles feos y los golazos, las repeticiones y el segundo gol de Maradona contra Inglaterra en México 86. El tiro libre a tres dedos de Cubillas al minuto 77 contra Escocia en el Mundial Argentina 78. Quién no se emocione recordando esas momentos no llegará al cielo, porque señores, en el cielo también se juega fútbol.

Yo no sé como agradecer a los delanteros que metieron los goles que he gritado hasta dañar mi garganta, a los arqueros que salvaron mil y un veces el arco o atajaron los penales contra los definidores expertos y que hemos querido abrazarlos por hacernos suspirar aliviados, los defensas que nunca dejaron pasar a los talentosos o pusieron la cara para que no nos metieran un gol, los volantes que van de aquí para allá y asisten siempre a todo pulmón en todos lados defendiendo y atacando, al palo que nos ha permitido ganar muchas veces y que, como Pagliuca, deberíamos besar cuando es trascendental.
Yo les agradezco desde mi sitio de espectador, del amante que siempre verá cada partido porque no puede dejar de ver a su amada. Con mis ojos, sin dejar de verlos, agradezco infinitamente cada vez que dejan todo en la cancha y cumplen los sueños que nosotros no pudimos.

Quién no querría escuchar su nombre cantado por Toño Vargas diciendo en mi caso:
“Gracias Gary Farfán por permitirnos cantar esa palabra bendita llamada gol”

Y quién no sonríe con La Mosca Tse-Tse cuando cantan en “Simplemente Fútbol”:
“Y si el mundo tiene forma de pelota, al arco iris le puedo hacer un gol”

Lo que nos queda es tomar la pelota, lanzarla al aire con el pie, pararla de pecho y mandarla al arco todas las veces que podamos porque habrá un día, cuando seamos viejos, que no podremos hacerlo más y la pelota la patearán las nuevas generaciones. Lo que tenemos que hacer es dejarles la pelota gastada para enseñarles el camino.

Gary Farfán dice:“No importa qué tan largo es el camino si vas pateando una pelota”
Es hora de caminar hasta encontrar un arco y patear la pelota como corresponde, no esperando un gol sino esperando a que la pelota regrese para patearla de nuevo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy al borde de las lagrimas...
creo q saldré corriendo a comprar un balon...y patearlo.,.para hacer un goooolll!!
y prometo solemnemente q vere mas partidos de ahora en mas... =D

Anónimo dijo...

bueno esta chevere el texto q acaban de publicar, en especial donde mencionas cuando se jugaba fulbito en el cole pucha esas epocas donde la cancha teniamos q compartirla con los demas salones en especial con los de secundaria pero lo increible era q = podiamos hacer goles,cobraban falta,etc etc, no sabiamos como pero podiamos jugar con todas esas ganas y deseos d jugar al fulbito

aldo uribe dijo...

es muy buen articulo, el futbol solo por debajo del narcotrafico, es lo que mueve mas plata en el mundo es un negocio pero no solo de dinero tbn de sentimientos, estaba viendo hace minutos el partido river vs olympique y saben q?? no importa quien juegue, ver futbol es una pasion en el partido te haces hincha de uno de los equipos juege quien juege

Luis Gomez Villavicencio dijo...

iba a escribir algo mas largo pero no no me es posible.. me superan las ganas de ir por la calle con mi balon..

lo que has escrito llega al bobo.. q tiene forma tambien de pelota =)

Luis Gomez Villavicencio dijo...

la pelota es el primer juguete que le hace un padre a su hijo.

la pelota es el juguete mas facil de fabricar en un colegio.. simplemente coge varios examenes jalados y hazlos bola..

y los pantalones rasgados son una razon mas para q las madres disgusten del futbol

Luis Gomez Villavicencio dijo...

"Si tuviéramos que quejarnos de las derrotas de nuestro equipo, San Marino tendría que matar a sus futbolistas entonces, no es una cuestión de actuaciones, es una cuestión de actitud."

y por eso que Paolo Guerrero terminó siendo el jugador peruano mas aplaudido de la Copa America.